Origen de la flora actual
La flora de Andalucía tiene su origen, como la de todo el Reino Holártico, en la llamada Flora artoterciaria, originada en Europa en el terciario inferior. De esta época son los géneros Pinus, Quercus, Alnus, Populus, etc, y los ya extinguidos en el continente europeo Ginkgo, Magnolia o Diospyros.Estos bosques comenzaron su regresión durante el terciario medio, debido a un aumento en la temperatura del Mediterráneo y a una mayor sequía, dando lugar a bosques esclerófilos y a la aparición de sabanas y semidesiertos. Sin embargo la flora artoterciaria continuó con su presencia en el sur de Europa gracias a su gran adaptabilidad.
En el terciario superior comenzaron a bajar las temperaturas paulatinamente, generalizándose un clima continental que sustituyó al clima tropical hasta entonces imperante; proceso que culminó con las glaciaciones del cuaternario. Este factor tuvo como consecuencia el desplazamiento de la vegetación hacia el sur de Europa y la extinción de la mayoría de las especies tropicales y parte de las artoterciarias termófilas.
En Andalucía se refugiaron en esta época los últimos bosques tropicales, sobre todo al amparo de las nuevas cordilleras formadas que hacían de pantalla frente al frío del norte, perdurando hasta la actualidad especies relictas terciarias en las sierras campogibraltareñas, como el Rhododendron ponticum, el Psilotum nudum y numerosas especies de helechos. Asimismo se extiendieron los ecosistemas cálidos y secos, origen de la actual flora mediterránea, apareciendo algunos géneros importantes como Laurus, Ceratonia y Pistacia. El sur de la Península Ibérica y el norte de África, en estrecho contacto en esta época, fueron piezas clave en la formación de esta flora.
Durante el cuaternario se alternaron descensos bruscos de la temperatura (glaciaciones) y periodos templados (periodos interglaciares). En Andalucía durante los periodos fríos existió una vegetación esteparia, salvo en el ámbito de Sierra Nevada, donde se situaban amplios glaciares, y en la costa, donde se refugiaron los bosques caducifolios al amparo del carácter atlántico del clima.Durante las épocas más cálidas, esta flora se extendió hacia el norte, mientras que en el sur aparecieron nuevas especies similares a la flora mediterránea actual.
En el Holoceno comenzaron a fundirse la mayor parte de los hielos y se desarrolló la mayoría de especies arbustivas y caducifolias actuales. En las montañas se amplió el límite del bosque reduciéndose el números de especies alpinas y originando la actual flora de Sierra Nevada. En la Serranía de Ronda y Grazalema se refugian los bosques de abetáceas, que se mantienen hasta la actualidad. En el resto del territorio se extenderió la vegetación mediterránea desarrollada durante los interglaciares.
Actualmente existe en Andalucía una gran variedad florística, siendo las siguientes especies las más frecuentes: pinsapo, alcornoque, quejigo, acebuche, algarrobo, encina, retama, adelfa, jara, tomillo, tagarnina, cardo, pino, palmito, narciso de mar, clemátide, terebinto, lentisco, satureja, rusco, rododendro, tamarisco, jaguarzo, correhuela, cantueso, mirto, torvisco, asphodelus, Romulea gaditana, Acteaea spicata, albarraz, consuelda, agracejo, Ephedra vulgaris, Echium vulgare, alquequenje, beleño, Nigella damascena, caléndula, tanaceto, retama, escobón.
Condicionantes de la flora andaluza
La posición geográfica de Andalucía en el extremo oriental de Europa y su condición de nexo entre dos mares y entre dos mares y entre dos continentes, la convierten en una región con una gran biodiversidad y riqueza florística. En el desarrollo de ésta han influido una serie de factores:El clima de Andalucía, de tipo mediterráneo con influencia oceánica, caracterizado por la escasez de precipitaciones en verano, la alta insolación y las escasez de heladas. En el ombroclima húmedo (1.000-1.600 mm) y subhúmedo (600-1.000 mm) se encuentran las zonas abiertas a los vientos húmedos del atlántico o las zonas que por su altitud reciben un aporte mayor de agua. El ombroclima seco (350-600 mm) se desarrolló en la mayoría del territorio al que está ligado el encinar como vegetación climácica. Por último el ombroclima semiárido (<350 mm) se desarrolla en las zonas de Granada y Almería, donde Sierra Nevada y las Alpujarras impiden la penetración de los vientos húmedos del Atlántico.
El relieve es un gran factor configurador de la vegetación. Es responsable de los islotes de mayor publiometría en las laderas de barlovento -expuestas a vientos húmedos-.
Adaptaciones de la flora andaluza
La adaptación de las plantas a los diferentes factores climáticos y edafológicos de la región andaluza ha desarrollado su peculiar y variada flora. En Andalucía el principal factor climático limitante para la flora es la ausencia de precipitaciones. Las adaptaciones encaminadas a reducir el estrés hídrico se centran en evitar la pérdida de agua por traspiración. De este modo las plantas pueden aumentar el grosor de su cutícula y reducir el número de estomas como en Nerium oleander o reducir el número de hojas como en Retama.El exceso de insolación es un factor limitante de cierta importancia. Una radiación demasiado acusada puede producir degradación de los pigmentos vegetales necesarios para la fotosíntesis, así como originar radicales de oxígeno que pueden dañar seriamente los tejidos. Para evitar los efectos del exceso de luz algunas plantas cubren sus hojas con ceras o aceites, como en Rosmarinus officinalis, u orientan sus cloroplastos de modo que reciban la menor insolación posible.
La escasez de nutrientes en el suelo es paliada en algunas plantas con una dieta heterótrofa alternativa, como ocurre con el Drosophyllum lusitanicum, endemismo ibero- norteafricano presente en las colinas próximas al Estrecho de Gibraltar.[7]
En las regiones más frías de Sierra Nevada, las plantas desarrollan tallos rastreros y estructuras con forma alhomadillada, para protegerse de las bajas temperaturas de invierno (efecto iglú) y de la elevada evapotranspiración de verano. Otras adaptaciones características del clima mediterráneo son, por ejemplo, que el alcornoque (Quercus suber) sea más resistente al fuego que otras plantas gracias a sus tejidos suberificados o que las plantas presentes en el subdesierto de Tabernas soporten el clima más seco de la Región mediterránea.
La región costera es una zona de alta endemicidad debido a sus particulares condiciones ambientales. Las especies tolerantes a la alta salinidad crecen en cordones dunares y marismas costeras, siendo extremadamente tolerantes a la deshidratación debida a la salinidad y a la extrema insolación del verano.
Fitogeografía
Andalucía, biogeográficamente hablando, forma parte del Reino Holártico, concretamente de la Región mediterránea, subregión Mediterránea Occidental, y está formada por cinco sectores fitogeográficos:Sector Mariánico-Monchiquense
Perteneciente a la Provincia Mediterránea Ibérica Occidental, Subprovincia Luso-Extremadurense, la provincia de mayor extensión de la Península Ibérica, ocupando gran parte del occidente. Se caracteriza por poseer veranos muy secos debido principalmente al anticiclón de las Azores, aunque durante el invierno las precipitaciones son relativamente altas, sobre todo en zonas cercanas a la costa. En Andalucía está presente en la cuenca del Guadiana y Sierra Morena, formando parte de del subsector Mariánico-Monchiquense. Poseen un sustrato silíceo, muy pobre en bases.- Piso Termomediterráneo. Dominan los encinares y alcornocales, estos últimos en zonas con suelos arenosos y baja pluviosidad.
- Piso Mesomediterráneo. Siguen dominando encinares y alcornocales aunque es posible que aparezcan melojares de Quercus pyrenaica en zonas donde no exista sequía y quejigales de Quercus faginea subs.broteroi si no hay continentalidad.
- Piso Supramediterráneo. Principalmente aparecen melojales silícolas y si las temperaturas no son demasiado bajas también quejigales.
Sectores Gaditano-Aljíbico y Onubense
Pertenecientes a la Provincia Lusitano-Andaluza litoral, Subprovincia Onubo-Gaditano-Algarviense. En general el clima sepueden dar lugar a encinares en zonas secas. En las zonas más húmedas de las sierras de forman los denominados canutos, bosques de galería con formaciones subtropicales donde domina el quejigal andaluz (Quercus canariensis). En zonas abruptas existen lentiscales y en los bujeos acebuchales. La mayor parte de la franja litoral está ocupada por sabinares (Juniperus turbinata) y enebrales (Juniperus oxycedrus subs.macrocarpa).- Piso Mesomediterráneo. En él aparece el alcornocal, que puede dar paso a quejigales silícolas de Quercus canariensis en las zonas húmedas o hiperhúmedas.
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